36 HOURS TO KILL (1936)

Dirigida por:
Eugene Forde
Protagonizada por:
Brian Donlevy
Gloria Stuart
Douglas Fowley
Isabel Jewell
Spencer Charters
Estudios: 20th Century-Fox (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 26 de Julio de 1936
Duración: 65'
Género: Intriga

Reseña crítica:  Valiosa para apasionados del policial por ser adaptación de un relato de W.R. Burnett, este film nos entretiene durante hora cinco conduciéndonos por los rieles de la comedia, el film de gangsters y el drama con toques de tragedia griega. En un apacible barrio residencial del conurbano norteamericano con esos vecinos que podan el arbusto del jardín delantero y charlan con el niño que reparte el periódico, uno de los vecinos se siente agobiado por esa bucólica civilidad: se trata del gángster Duke (Douglas Fowley) y su esposa Jeanie (Isabel Jewell), también gángster. Bajo identidad asumida, viven ocultos a la vista de todos mientras aguardan que las aguas se calmen. En una de las visitas del secuaz Hazy (Warren Hymer, en plan comic relief), Duke se entera por el periódico que tiene un billete que ha resultado ganador de un premio de lotería por $150 mil. Pensando como hacer para cobrarlo sin ser arrestado, decide salir de la protección de su vida suburbana rumbo a Kansas, donde compró el billete. En el mismo ferrocarril donde viajan Duke y Hazy, también sube la rubia debilidad Anne Marvis (Gloria Stuart) y un supuesto periodista (Brian Donlevy), interesado en conseguir una entrevista con una celebridad que viaja en el mismo tren. Al trío se une Jeanie, cuando su avión cancela el vuelo, provocando algún desbarajuste de celos y sospechas. Claro está, el supuesto periodista bonachón es en verdad un agente del FBI que está tras la pista de Duke. A los incontables toques de comedia, aporta lo suyo el desopilante Stepin Fetchit en el rol de un camarero ferroviario que se la pasa gesticulando con los brazos y balbuceando como un dipsómano. Dejando de lado la tan actual cuestión del estereotipo racial, las intervenciones de Stepin forman parte, de exisitir, de todo un grotesco norteamericano. Una vez terminado el viaje ferroviario, la trama ingresa en el drama serio con pasiones desbordadas que, claro está, confluirán en el asesinato por pasión. La sumatoria de registros genéricos y el climático desenlace son puntos a favor del destajista de la Fox Eugene Forde, que abordaba con igual entusiasmo tanto films de misterio, comedias, policiales... o cócteles inéditos como estas 36 HOURS TO KILL. [Cinefania.com]
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