Reseña: Este es una auténtica evidencia del daño cultural que el cine japonés perpetró en una nación milenaria como la India... o no: ud. decide. Un grupo de personajes del ámbito circense y un estrambótico científico se embarcan en un crucero tropical. Probablemente cada personaje persiga fines opuestos (los artistas, ir de gira; el científico, una expedición de ciencia), lo cierto es que la película está virtualmente segmentada por números musicales de canto y/o danza y cada respiro de argumento es excusa perfecta para ejecutar esas típicas canciones y bailes que hace delirar al público de Bollywood. La protagonista femenina es Rita (Ragini), hija del empresario Sr. Kapoor. Al llegar el crucero a destino, el grupo emprende una especie de safari, y Rita se separa brevemente para observar ciertos animales salvajes hasta que es acechada por un tigre de cuyas fauces hambrientas es salvada por el héroe de turno Ajit. Ajit y Rita inician su previsible romance, que será nudo argumental de esta delirante aventura en que habrá roces con una tribu salvaje y un intento por cruzar de un volcán activo supervisado por un simio gigante pariente del Kingukongu nipón (recordemos que Toho había lanzado su versión del personaje de King Kong en 1962 y se ve que se llegó a estrenar en Bombay). Tras varios km de desopilantes aventuras, aparece un científico malévolo, el Dr. Cyclops (K.N. Singh), que se dedica a inocular a un paciente con vaya uno a saber que pócima secreta. ¿Será experimentos del sabio la presencia de unos hongos gigantes (¿habrá llegado al Indostán esa maravilla japonesa, MATANGO?)? ¿Y qué significa ese Godzilla encadenado a una caverna que muestra unos impresionantes colmillos? Es que el Dr. Cyclops amenaza con miniaturizar al Sr. Kapoor si Rita no accede a casarse con él (en despecho del galán, recordamos, Ajit). A todo, recordemos, King Kong (o Kingukongu) volverá para ser la estrella del desenlace de esta digna lobotomía fílmica. [Cinefania.com]