Reseña crítica: Un anciano que resulta ser la Muerte le arrebata su hijo recién nacido a la protagonista. Cansada de buscarlo, se sume en un letargo en que el Anciano le permite vislumbrar todo aquello que le acontecerá si persiste en su intento de recuperar a su criatura. El chico crece y se involucra en dificultades que lo conducen al suicidio. Permitiéndole elegir, la madre acepta su propia realidad. Todo en menos de diez minutos de metraje, con impacto visual y sensibilidad a flor de piel. Notablemente adelanto del nihilismo que pregonaría el cine de los setenta y del pesimismo de nuestro actual siglo, en Estados Unidos se exhibió como IF ONE COULD SEE INTO THE FUTURE motivando que el cronista de "Moving Picture News" (29/07/1911) la percibiera como “bastante ibseniana en su carácter, excelente pero nos dio escalofríos”. El "Moving Picture World" (19/08/1911), en cambio, pareció ofendido, al opinar que tuvo una “calidad brutal (…) y que su idea fue bastante pesimista y no muy normal”. De notar es el recinto donde mora la Muerte, con relojes de pie que van marcando las últimas horas de cada una de sus víctimas. [Cinefania.com]
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