Reseña: El conde Maximiliano se encuentra en una situación muy difícil y para salir de ella decide escribir al famoso detective Julien Fox, quien no tarda en acudir al castillo para enterarse de un interesante asunto. Pide al sirviente que haga las maletas y esa misma tarde llega al castillo del conde, que está por dar una gran fiesta. Fox es conducido a sus habitaciones y el conde va a explicarle la causa de sus temores. Durante el último tiempo una banda de ladrones viene asonlado la región despojando botines de joyas por muchos miles de francos. En la última quincena se han producido nada menos que ocho robos en todos los grandes terratenientes, pero el ladrón (o ladrones) aún no han tocado al conde, a pesar de que todo el mundo sabe que posee una invaluable colección de joyas. El conde propone al detective que se haga pasar por un aristócrata, el Barón de Ramonchamp, y asista a la fiesta para poder conocer a todos los notables de la región. Duranta el ágape, el detective observa a uno de los invitados, el dr. Harmodi, cuyo rostro le es curiosamente familiar. Más tarde, declara al conde que cree tener una pista y que se propone pasar la noche en la sala de estar donde están guardadas las joyas. El conde acuerda acompañarlo. A medianoche son sorprendidos por la aparición de la joven y bella hija del conde, Mademoiselle Judith que ingresa al salón en estado de sonambulismo. Al despertarla, el detective arroja una hipótesis: al examinar su colección de fotografías de criminales, reconoce un convicto bastante parecido fisonómicamente al dr. Harmodi. Para demostrar su sospecha, se hace pasar por otro convicto, Caspar Ronald, y acude a visitar al doctor quien, cándidamente, se pone en evidencia frente a su excompañero. De esta manera Fox descubre que el falso médico Harmodi se ha valido de sus poderes hipnóticos para poner bajo su voluntad a Judith y levantarse por la noche para sustraer las joyas de la familia. Habiendo complicado el plan la presencia del conde y del detective en el salón, Harmodi no se desanima y vuelve a la carga la noche siguiente. Fox, en tanto, permite que las joyas sean hurtadas para pescarlo in fraganti. Así que esta vez no despierta a Mademoiselle Judith sino que la deja ir con el botín al criminal. A la mañana siguiente, seguido por hombres de confianza, Fox ingresa en la villa del doctor, teniendo que hacer frente y poner fuera de guardia a un fornido valet de cámara negro. En tanto el villano escapa con la chica como rehén y cuando está a punto de administrarle un veneno para que no queden testigos, el detective de un disparo hace estallar la copa antes que Judith la beba. Acto seguido, desde cada rincón surgen elementos de la ley y el falso médico recurre al veneno para escapar de sus captores, al precio de su propia vida. [Cinefania.com]
