Reseña crítica: Un drama celeste se insinúa con música de Wagner al mejor estilo Kubrick. Un planeta gigante se acerca a la órbita terrestre, según parece, en pos de una "danza de la muerte" que, según creen fervientes seguidores de Immanuel Velikovsky, podría ser la hecatombe final. Más abajo, en la Tierra, la primera parte del film nos permite asistir a una ceremonia de bodas que se realiza con las habituales demoras, desplantes de parte de algún invitado o de la novia (Kirsten Dunst), algún trapito al sol, etc. La segunda mitad se centra en la hermana de la novia, Claire (Charlotte Gainsbourg) y nos muestra a Justine regresando a casa de su hermana a raíz de una crisis de su pareja. John (Kiefer Sutherland), que ha estado apasionado por el paso del planeta, trata de mantener la calma de su esposa: "Melancolía" pasará a corta distancia de la Tierra, pero no hay motivo para alarmarse. La ciencia no puede equivocarse y los que afirman que será el Fin, solo buscan llamar la atención. Esa noche supuestamente será el momento de mayor acercamiento y los tres, John, Claire y Justine, observan el desfile del planeta púrpura. ¿Se alejará Melancolía como está previsto? ¿Cómo reaccionarán estos personajes en el caso eventual que tales previsiones fallen y se avecine realmente el fin? ¿Cómo enfrentarán una misma realidad, fatal e inexorable, dos hermanas tal vez opuestas en carácter y en historia de vida? Se trata de un tema de ciencia-ficción pero con un enfoque poco habitual y muy europeo. Una trama dramática con estudio de caracteres envuelto por un marco fantástico que permite indagar en situaciones límite para verificar en qué grado uno debe adaptar su vida a las convenciones o si éstas deben adaptarse a uno. Para contar esta breve anécdota, Von Trier se da el lujo de llevarnos a un chateau con más de una reminiscencia al de L'ANNÉE DERNIERE A MARIENBAD (Hace un Año en Marienbad-1961), donde toda la trama tiene lugar; desde la fiesta en los salones suntuosos hasta algunos paseos con baño lunar y melancólico en sus frondosos bosques. Al principio, Von Trier nos deleita el ojo con una obertura en cámara lenta al mismo estilo de su terrorífica ANTICHRIST (Anticristo-2009), con citas a obras pictóricas famosas. Hay permanentes analogías duales. La luz de la Luna y Melancolía proyecta doble sombra de arbustos y columnas. En los humanos, la boda, implica ver a Justine hacer aguas en el mundo formal y social de Claire. Más tarde, cuando se cierne la amenaza del fin, es Claire que entra en crisis y Justine cobra fuerza y digna serenidad. Tal vez las consecuencias físicas y gravitatorias del acercamiento celeste no sean acertadas ni convincentes pero promediando la hora y cuarto de proyección, el film adquiere un magnetismo narrativo que disculpa cualquier ex abrupto de verosimilitud. Las actuaciones de los personajes principales y el tono fatalista del realizador logra, con recursos mínimos, involucrar al espectador no en el destino del planeta o de la humanidad, sino en el de estas dos malhadadas hermanas. [Cinefania.com]
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