FLESH EATERS, THE (1964)

Dirigida por:
Jack Curtis (2)
Protagonizada por:
Martin Kosleck
Byron Sanders
Barbara Wilken
Rita Morley
Ray Tudor
Estudios: Vulcan (Prod.) Cinema Distr. (Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 18 de Marzo de 1964
Duración: 87'
Género: Terror

Reseña crítica:  Un piloto de hidroavión (Byron Sanders) debe transportar a una actriz alcohólica (Rita Morley) y su secretaria (Barbara Wilken) a Provincetown, donde debe afrontar un compromiso teatral. Debido al mal tiempo, el aparato aterriza en una extraña isla. Mientras deambulan en la playa se topan con un esqueleto humano, limpio, como si hubiera sido devorado por pirañas. También aparece un hombre rana que resulta ser el misterioso profesor Bartell (Martin Kosleck), instalado en el lugar para llevar a cabo estudios de biología marina que enmascaran siniestros experimentos. Su aspiración es convertir a los microorganismos del mar en devoradores de carne. Siendo un nazi convencido, nos preguntamos si no le habría sido más útil elaborar alguna invención que derrita el hueso más que la carne pero tengamos en cuenta que Bartell debe tener algún tipo de desequilibrio. Por momentos los contrastes e incompatibilidades entre los personajes generan algún interés: la actriz prepotente, el piloto osco y excesivamente cortés, la secretaria dócil... Las muertes, salidas y entradas de personajes salpimentan inteligentemente el metraje que, aún así, se percibe excesivo para los incidentes narrados.  
  Rodado en la temporada 1960-61 en Long Island, el joven realizador debutante Jack Curtis (1926-1970) obtiene un máximo rendimiento de su reducido elenco (del que solo Martin Kosleck tenía renombre de estrella), locación (mayormente está ambientada en una playa desierta) e ingeniosos efectos especiales (el monstruo propiamente dicho aparece sobre el final y resulta digno). Esto no implica que la trama deje de ser delirante, la acción nada convincente y el desenlace irrisorio. Los estudiosos del tema afirman que se trató del primer film norteamericano con elementos de gore, mucho antes que Hershell Gordon Lewis rodara BLOOD FEAST (1963), aunque cualquier aspiración de sentar precedente se frustre por dos detalles no menores: el film fue blanco y negro y se estrenó un año después que el citado opus de Lewis. Aún así hay ciertos momentos para destacar, como la muerte del insoportable beatnik compuesto por Ray Tudor, cuyo abdomen es devorado por dentro por los corpúsculos carnívoros o bien, la climática muerte del profesor Bartell (tal vez el momento más logrado del film). [Cinefania.com]
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