SADDLE MOUNTAIN ROUNDUP (1941)

Dirigida por:
S. Roy Luby
Protagonizada por:
Ray Corrigan
John King
Max Terhune
Elmer
Lita Conway
Estudios: Monogram (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 29 de Agosto de 1941
Duración: 59'
Series: Range Busters (filmografía)
Género: Western

Reseña crítica:  Acreditado a veces como Roy Claire o simplemente Roy Luby, S. Roy Luby fue un montador que pudo despuntar el vicio de la dirección en una treintena de títulos entre fines de los treinta y principios de los cuarenta, incluyendo la mayoría de los films de la serie de los Range Busters. Un aspecto de estas aventuras es que varios de sus films ofrecen elementos de nuestro interés, y SADDLE MOUNTAIN ROUNDUP no es excepción.  
  Hora 25 de la noche. Tormenta eléctrica. Un cuervo preside el sillón del irascible dueño de casa, Magpie (el eterno anciano John Elliott). El viejo descarga su odio contra su amanerado cocinero chino (Willie Fung), su capataz (George Chesebro) o su vecino Henderson (Steve Clark), todos – debido a este precedente – potenciales sospechosos. Tras una tentativa de envenenamiento, de la que cae víctima su plumífero, el anciano escribe una carta pidiendo auxilio a los Range Busters. Antes que pueda completarla, una pistola se desliza por la puerta y le dispara. Tras ser tiroteados por una figura encapuchada desde unas rocas, Corrigan y King llegan al rancho del crimen, donde se enteran del reciente asesinato. Mientras se ponen a investigar la ubicación del dinero (supuestamente bajo una equis... que parecería coincidir con las citadas marcas de las cerillas), hay tiempo para una canción romántica y para que los facinerosos secuestren a Alibi y lo separen de su entrañable Elmer al que, de un disparo, vuelan sombrerito y peluca. Tal y como es lugar común en el weird western de la década del treinta, una puerta-trampa es entrada secreta a una mina que será escondite del dinero del finado. Una secuencia lograda muestra a Alibi tratando de ganar tiempo con el secuaz que lo custodia y haciendo hablar a su muñeco Elmer a distancia. Cuando el secuaz trata de destruir al pelele, Dusty imposta su voz a través del pasadizo de la mina, fingiendo ser el espectro de Magpie y ahuyenta al villano. El desenlace será no a los tiros sino tras una espectacular persecución y rodada.  
  La primera versión de esta trama se llamó BIG BOY RIDES AGAIN (La vuelta de Big Boy-1935) y la dirigió Albert Herman. Un lustro más tarde, Luby repite los recursos del primer plano de la mano de la víctima prendiendo cerillas contra una mesa o contra el marco de la puerta y de enfocar al asesino de los tobillos para abajo para intrigar sobre su identidad. Para el resto, trata de extraer todo el humor posible del asunto, incluso añadiendo un personaje cómico (con un muñeco no bastaba) en la figura del llamado “Primo Harold” (Harold Goodwin, comediante radial cuya compañía, “His Saddle Mountain Round-Up Gang”, parece haber sido bastante popular como para dar título al film). En todo momento, la norma básica del destajismo western se cumple a rajatabla: imprimir un ritmo tal que el espectador no pueda cuestionarse los constantes huecos de lógica de la trama. [Cinefania.com]
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