Reseña crítica: El pub "Fat Black Pussycat" es escenario donde ataca un asesino serial que se dedica a matar chicas de la noche que frecuentan el ambiente beatnik. Un detective (Frank Jamus) y su asistente indagan las pistas e interrogan sospechosos... bueno, decir que los "interrogan" es exagerar, en verdad los consultan. La investigación no progresa en ningún sentido, ya que cada personaje habla como bajo un opiáceo y se toman todo en broma. El director parece no haber tenido en cuenta que si uno acerca mucho la cámara a sus actores, corre el riesgo que aparezca en escena la sombra del aparato. Y hablando del director, digamos que si bien la mayor parte del metraje lo realizó Harold Lea, que tenía en mente un thriller suave con toques cómicos en que un detective se enamora de una profesora de antropología. Pero cuando el productor, director y distribuidor Michael A. Ripps adquirió la película, añadió escenas de desnudos y una ilógica secuencia de lesbianismo sugerido, cambiando el final y ofreciendo no uno, sino dos asesinos (llevados a matar por, según explica el profesional de turno, tendencias homosexuales reprimidas). A los 13 minutos tenemos el primer asesinato, realmente adelantado a su tiempo, que no solo prefigura el giallo sino que asemeja mucho a la estética que el thriller tendrá en los años '80 y '90. La presencia de una simpática gata negra, que está cerca de cada crimen debido a que tiene poderes extrasensoriales, parece reforzar los lazos con el giallo italiano, aunque ahí termina toda comparación. Más tarde tenemos el requisito de todo film que refleja la cultura beatnik, como por ejemplo la concisa A BUCKET OF BLOOD (El Falso Escultor-1959), con un poeta musical declamando cosas como "pain is joy and joy is pain" y una atenta audiencia que lo estudia entre las volutas de humo que recorren las mesas del bar. Los asesinatos son, sin duda, lo mejor del film. Con cada crimen, el pulso narrativo -que es bastante lánguido- parece detenerse en seco y tal efecto es resaltado por la ausencia de música y la sordidez de cada ataque. Pero, por desgracia, la trama se desequilibra con demasiadas llamadas telefónicas, escenas de intérpretes que mascullan, conversaciones que no conducen a la nada, especialmente en lo referido a los detectives que investigan el caso y el apresurado montaje, todo lo cual termina arruinando los pocos méritos logrados. ¡Atención! "The Don Bader Group", un olvidado cuarteto de jazz (Bader en piano, saxo, contrabajo y percusión), tiene una interesante aparición en una secuencia de restaurant y genera líneas de acompañamiento musical que aceitan varios pasajes del pedregoso film. Y si ud. sobrevive a los devaneos de la trama, busque y encuentre a Geoffrey Lewis como un joven bellaco en una fiesta y, más tarde, en un parque. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com:
Hector Elizondo
