KAIDAN OIWA NO BOREI (1961)

Dirigida por:
Tai Kato
Protagonizada por:
Tomisaburo Wakayama
Hiroko Sakuramachi
Jushiro Konoe
Yoshiko Fujishiro
Yumiko Mihara
Estudios: Toei (Prod.-Distr.)
País: Japón
Estreno: 2 de Julio de 1961
Duración: 94'
Género: Terror

Títulos alternativos:
- GHOST STORY OF OIWA'S SPIRIT, THE (EE.UU.)
- CONTES FANTASTIQUES DE L'ÈRE EDO [FEST] (Francia)

Reseña crítica:  Nueva versión del tradicional kabuki "Toukaidou Yotsuya Kaidan" (1825), de Tsuruya Nanboku IV. Esta vez la personalidad del apreciado Tomisaburo Wakayama hace que la historia completa se subordine en torno a su extremada violencia y crueldad. La película se inicia con incidentes ya acaecidos que se menciona brevemente: Iemon Tamiya (Wakayama) es un samurai que ha liquidado a un tipo por celos hacia su esposa Oiwa (Keiko Fujishiro), de quien es obligado a separarse por su suegro. En esa circunstancia comenta su mala suerte con su antiguo compinche Naosuke (Jushiro Konoe), con quien idea un nefasto plan para liquidar al suegro y ponerse al frente de la casa de su antigua mujer. Tras llevarlo a cabo, Iemon recobra a Oiwa y accede a entregar a su jovencita cuñada Osode (Hiroko Sakuramachi) como protegida de Naosuke. Tal y como le pasa a un niño caprichoso, ni bien recobra el status perdido, se vuelve insatisfecho y comienza a buscar el mejor método para progresar (que de eso se trata el asunto: como progresar a costa de los demás). Un vecino rico de Iemon ofrece su hija al samurai y está dispuesto a pagarle para que la tome como esposa. Iemon recurre nuevamente a Naosuke y mientras evalúan la mejor manera de quitarse de encima a Oiwa observan un camalote que arrastra el río. Al acercarse se dan cuenta que en su interior hay dos cadáveres, un hombre y una mujer: un samurai ha descubierto a su esposa en adulterio con un sirviente y ese era el castigo. Ya está planteado el conflicto central de la película, es decir el asesinato de Oiwa y algún criado que haga las veces de amante. Pero la trama está enriquecida con suculentos detalles grotescos:  
  - En una discusión, Iemon vapulea a Oiwa y le corta varios dedos de una mano.  
  - Instigada por el vecino, Oiwa ingiere sin saberlo un poderoso veneno que le desfigura parte del rostro.  
  - Obligado por Iemon, un fiel masajista intenta violar a Oiwa para armar un motivo de divorcio.  
  Tras promediar una primera hora relajada y bien administrada en la tarea de estructurar a los numerosos personajes en pos de la historia, la muerte de Oiwa y el comienzo de su acechanza fantasmal aceleran la dinámica narrativa y aumentan geométricamente el número de víctimas fatales de la katana de Iemon. El director invierte planos ingeniosos para destacar ciertos momentos, aparentemente inocuos (por ejemplo, una toma aérea de Oiwa enfoca la atención en su peineta, que más tarde será breve elemento esencial de la trama) respaldando así posteriores giros de la historia. Algunos hallazgos visuales en el ámbito del terror (apariciones fantasmales y secuencias violentas) aún predominan por sobre aquellas aristas que han envejecido con el correr del tiempo, por ejemplo, la sobreactuación del criado temeroso o el maquillaje grotesco del ojo de Oiwa. [Cinefania.com]
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