Reseña crítica: Un joven medio lelo llamado Do-Joon (Won Bin) es golpeado por un Mercedes Benz que se da a la fuga. Su sobreprotectora madre (Kim Hye-Ja) se altera y corre en su ayuda. Do-Joon y su amigo Jin-Tae rastrean el automóvil y llegan a un club de golf, donde se introducen y atacan a tres o cuatro golfistas uno de los cuales sería el conductor. Todos terminan en la comisaría, donde un inspector trata de apaciguar el revuelo. Por la noche, Do-Joon se embriaga y al regresar a su hogar, se ve atraído por una colegiala que deambula por la noche. Al otro día la chica aparece muerta, asesinada, en la terraza de una casa abandonada. En el lugar encuentran un rastro de la presencia de Do-Joon con lo que la policía lo interroga y arresta como responsable. A todo esto, la madre de Do-Joon comienza a realizar todo tipo de averiguaciones, primero con el inspector, luego con un abogado y finalmente por si misma, con tal de sacar de la cárcel a su hijo. ¿Podrá esta Miss Marple coreana descubrir la verdad sobre el asesinato de la joven estudiante? ¿Logrará encontrar alguna pista soslayada por la policía? ¿Encontrará al verdadero asesino? Sin dudas cumplirá todas estas asignaciones y más, pero a costa de un largo aprendizaje que va progresando a medida que la película va cambiando de registros y géneros. Previamente su director, Bong Joon-Ho, había brindado esa revisión del cine de monstruo gigante, GWOEMUL (The Host-2006), que impregnó con una dosis continua de comedia. Similar dosis acompaña el relato de la madre que investiga, sin embargo, el foco de interés gira en torno a un elemento ya planteado en su otra película previa, SALINUI CHUEOK (Memorias de un Asesino-2003): la memoria. En una escena, la Madre indica a su hijo un ejercicio que supuestamente le hará recordar aquellas imágenes que su ebriedad borró. Repitiendo ese ejercicio (que consiste en frotarse las sienes con los dedos), Do-Joon recuerda... pero nada precisamente útil para esclarecer el caso. Es su obsesiva madre quien lleva hasta sus últimas consecuencias la búsqueda de recuerdos y retazos de memorias con tal de lograr su meta. La investigación se aleja lo más posible del lugar común del típico cine de "buscando pruebas de su inocencia" - que el cine norteamericano convirtió en cliché ya antes de la era del sonoro- y logra un auténtico hallazgo: que al descubrir la verdad, ni la Madre ni el espectador quieran creerla. [Cinefania.com]
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