JUAN MANUEL DE ROSAS (1972)

Dirigida por:
Manuel Antin
Protagonizada por:
Rodolfo Bebán
Sergio Renán
Alberto Argibay
José María Gutiérrez
Miryam De Ridder
Estudios: Productora Argentina Películas (Prod.)
País: Argentina
Estreno: 16 de Marzo de 1972
Duración: 120'
Género: Historica

Reseña crítica:  Un interesante contraste abre el film, la honrosa cita del general José de San Martín: "como argentino me llena de un inmenso orgullo al ver la prosperidad, paz interior, el orden y el honor restablecidos en nuestra querida Patria; y todos estos progresos realizados en circunstancias tan difíciles, en que pocos estados se habrán hallado. Por tantos bienes realizados, yo felicito a Usted muy sinceramente, como a toda la Confederación Argentina..." La llegada del emisario británico (Enrique Kossi) que viene a reconocer a la Confederación Argentina es el símbolo de la victoria de Juan Manuel de Rosas (Rodolfo Bebán), gobernador de Buenos Aires (y de la Confederación) con la "suma de poder público". Mientras el funcionario cruza el pasillo que lo separa de Rosas, el líder va rememorando su pasado desde su origen como estanciero, su ascenso al frente de sus "colorados del monte" y su conversión de caudillo bonaerense a sanguinario dictador. Un momento intenso es aquel que el diputado Manuel Dorrego (un exaltado Alberto Argibay) increpa a los oligarcas con cuestiones que aún seguirían vigentes durante el resto del siglo:  
  "Ustedes (...) creen que una Constitución centralizada en la que solo vote la gente principal hará por si sola la felicidad de los argentinos. ¡El país entero se deshará contra Uds! ¡Los pobres no votan en esa Constitución, resultan buenos para llevarlos a la guerra pero no para elegir gobierno! ¡Uds. se creen todo, pero no son más que la aristocracia del dinero y ponen el giro la suerte del país y lo negocian!"  
  Semejante virulencia provoca, primero, la elección de Dorrego como gobernador de Buenos Aires y, poco después, su fusilamiento a manos del General Lavalle (Sergio Renán). La anarquía resultante motiva un llamamiento de urgencia al propio San Martín (Iván Grondona), que rehusa hacerse cargo del gobierno diciendo: "Si mi alma fuera despreciable, aceptaría el ofrecimiento para acabar con quienes soplaron el terror en las orejas de Lavalle". Pero la vida debe seguir y cuando Rosas toma el poder -por enésima vez- expresa un mal sostenido también por muchos teóricos "antiimperialistas": "Hemos dejado de ser colonia española para serlo de todas las naciones comerciales". El film posee buenas interpretaciones, un guión del historiador José María Rosa que se excede en personajes históricos y una débil hilación dramática, lastrada por la irregularidad de dos de las cuatro escenas culminantes. Frente a la lograda carga de los jinetes de Rosas, vista en tomas aéreas, y al dramático fusilamiento de Dorrego, las secuencias del asesinato del caudillo riojano Facundo Quiroga (José María Gutiérrez) y el fallido combate de la Vuelta de Obligado. Se entiende que solo un presupuesto raquítico pudo haber llevado al buen director Manuel Antin a formar una escuadra anglo-francesa en el río Paraná con media docena de miniaturas no muy convincentes. [Cinefania.com]
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