Reseña crítica: Un ginecólogo depravado (Kimio Terashima) elabora una teoría disparatada que, más o menos, apunta a eliminar los problemas sexuales separando sexualidad con reproducción. En orden de explicar conceptos, el realizador inserta fragmentos de viejos films de higiene ("basukon eiga", films de control de natalidad realizados durante la posguerra). Observamos escenas de partos con bebés extraídos con fórceps y tijeras que cortan cordones umbilicales. Más tarde, ya dentro de la trama del film, una anciana explica con ejemplos de pizarrón los órganos de reproducción femeninos. Hay sucesión de diálogos melodramáticos y un abuso en narrar hechos en vez de mostrarlos. ¿Sería viable el útero artificial pergeñado por el protagonista como método de reproducción? ¿Mermaría la cantidad de abortos realizados? ¿Son los abortos perjudiciales o lo perjudicial son las condiciones higiénicas en las que se realizan? ¿Habrá algún asesinato que justifique tanto preámbulo? Como elementos potencialmente interesantes para el público del género "pinku eiga" tenemos algunas escenas de cama y, claro está, las sugestivas secuencias de abortos. Pero el clima enfermizo que debería haber emanado del tema está aplacado con infinitos toques de culebrón y con una aproximación visual alejada de todo grafismo sórdido que podría haber convertido al film en una auténtica experiencia traumatizante digna de recomendación. [Cinefania.com]
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