KUNG FU: THE LEGEND CONTINUES 3/49 GUNFIGHTERS (1995)

Dirigida por:
Jon Cassar
Protagonizada por:
David Carradine
Chris Potter
Clu Gulager
Robert Fuller
Catherine Disher
Estudios: Warner Bros. TV (Prod.)
País: EE.UU.
Estreno: 27 de Febrero de 1995
Duración: 43'
Series de TV: Guía de episodios de la serie
Género: Western

Reseña crítica:  En 1906 el Kwai Chang Caine original, ya maduro, regresa al pueblo donde está su esposa e hijo. El lugar es madriguera de matones y arrogantes, que pretenden ponerlo todo patas arriba. El sheriff no está muy seguro y decide marcharse. Su alguacil (Clu Gulager) es un borrachín que no puede mantener las manos quietas. Cuando las cosas van de mal en peor llegan refuerzos: un noble tahur (Robert Fuller, figura de la serie LARAMIE) y el formidable Cheyenne Bodie (Clint Walker, en su segunda comeback al personaje, luego de tres décadas de concluir la serie CHEYENNE). Cuando los villanos provocan un tiroteo para liquidar al alguacil, los héroes intervienen cada uno con su don, sean armas o patadas, venciendo momentáneamente. Pero quien parecía el principal villano resulta estar cumpliendo órdenes de un diácono (James Drury, recordado de la serie THE VIRGINIAN) que es todo un ángel de la muerte. Caine aporta lo suyo y explica al alguacil la fórmula de la superación personal y el triunfo sobre la autocompasión: “Cuando el espíritu está en control, el cuerpo obedece. Mira en tus demonios que son informes, escucha tus temores que son silenciosos. Cuando ocurra eso, tus manos no te traicionarán”.  
  Sin embargo, habrá problemas. Porque en una segunda intentona, los villanos abducen a la esposa e hijo de Caine y también a una joven doctora que se había mostrado sensible por la causa. Caine recibe un balazo en el estómago y, malherido, queda al borde de la muerte. Evocando las enseñanzas del genial Maestro Po (con la aparición de archivo de Keye Luke y Radames Pera), Caine entiende que su esperanza está en su propio nieto (que es el Caine que protagoniza esta serie). En un arrebato místico viaja al tiempo actual y va a buscar a Peter Caine, su biznieto, quien al verlo, lo confunde por el padre (es decir, su nieto). Este galimatías paradójico concluye cuando el Caine moribundo de principios de siglo entra al moderno quirófano y el Caine moderno viaja al pasado para rescatar a su esposa e hijo (que en realidad son su abuela y padre). Una cosa de locos que el relato expone con una celeridad también de locos, en el último bloque del episodio. Vencida la amenaza del predicador maléfico y prestándose a algunos diálogos de camaradería con los vetaranos paladines de las series de oro, cada Caine vuelve a su época sin que muera nadie.  
  Una de los elementos que más obstáculo imponía a la hora de involucrarse con las series de acción era la ausencia de muertes. Los personajes disparan desde cualquier distancia o ángulo y solo provocan un rasguño o le saltan el arma de las manos a sus rivales. La cámara se preocupa en demostrar que los villanos caen pero se siguen moviendo o arrastrando, para dejar en claro que los héroes no tiran a matar. Caine derrota a sus rivales con golpes correctivos que tampoco matan y ni siquiera lesionan. Para colmo, a pesar de recurrir al viaje temporal, la resolución termina siendo un trámite. A pesar de su previsibilidad, acción decepcionante e inexistentes conflicto, ningún amante de corazón de las series y del western podrá quitarle el ojo a este episodio. [Cinefania.com]
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