Reseña crítica: Hasta donde sabemos, la primera incursión del cine español en la obra de Poe ocurre con este cortometraje de Enrique López Eguiluz, realizador vinculado con el fantarreror hispano al dirigir LA MARCA DEL HOMBRE LOBO (1968) y que lustros atrás de aquel hito realizó esta adaptación como ejercicio para el IIEC (Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas). El film, rescatado para el actual milenio por Filmoteca Española, permite apreciar la temeridad de López Eguiluz que, sin sonido y rodando en 16 mm, ensayó una atmósfera gótica, surcada por sombras ominosas y moderados elementos del expresionismo germano. [Cinefania.com]
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