Reseña: La joven condesa Ruth está casada con un hombre mucho mayor que ella, tosco y de carácter antipático. Pero la llegada del joven Heinz Vehlen como tutor tutor privado supone un cambio feliz en su vida. Lógicamente hay entre ambos personajes un electrizante encuentro asociado con pasiones dormidas pero el muchacho queda cautivado por un retrato de grandes dimensiones de Sigelinden, antigua señora del Schloss que tiene una fantasmagórica similitud con la condesa. Durante su primera noche Vehlen siente extraña atracción a la pintura hasta que, de repente, la imagen comienza a moverse y señala con un dedo el viejo escritorio en la habitación. Al principio el protagonista cree que se trata de un sueño, pero al volver a darse vuelta y mirar mejor, ve que la imagen sale por completo del cuadro y señala una llave oculta y un cajón del viejo armario junto a su cama. Presa de una irresistible compulsión, toma la llave y abre el cajón, descubriendo un amarillento pergamino con la inscripción "mi confesión". Es la trágica historia de Sigelinde, su osco marido y el joven trovador Talbot de quien se enamora. A medida que avanza en la historia, se da cuenta que, siglos después, le parece estar repitiendo la historia con Ruth. Pero su amor por ella es más poderoso que la advertencia de la mujer del cuadro. A la tercera noche, cuando el conde sale de viaje, la condesa le desliza un sobre por debajo de la puerta para hacerle saber que lo espera en su recámara. La mujer del cuadro vuelve a intervenir, conduce al muchacho por pasadizos largos y oscuros hasta que llegan al sepulcro de Talbot ante el cual la imagen de Sigelinde se arrodilla y queda momificada. Al acercarse Vehlen ve horrorizado como la momia se convierte en polvo. En pos de salvar su propia vida de semejante sino, el joven prefiere marcharse esa misma noche del castillo y de Ruth para siempre. ("Lichtbild-Bühne", 08/1913) [Cinefania.com]